El cartagenero José Martínez Ros (1981) obtuvo el Premio Adonáis en 2004 con La enfermedad. El autor reconoció en la obra las influencias de autores como Samuel Beckett, Gracilaso o Antonio Colinas. El poema que da título al libro va dedicado A todas las musas. Ofrece un relicario de mujeres, de “bocas negras, cuchillos rojos, sexos en cruz,/ un río de uvas místicas, un río interminable…” . El trazo de Martínez Ros en este poemario esparce un universo sin límites donde todo se entrecruza. Los versos disponen los extremos del amor en un cosmos renovado donde, por ejemplo, “…el agua oscura/ separa tu esqueleto de las diosas/ bajo el verde tentáculo del cielo”.
Aparece también la hemorragia más sencilla y bella. El poeta unge los cuerpos con lo que bebe del insomnio y la soledad, como en una ascensión mística hacia una verdad tristísima: “El tiempo es una herida: / mírala en las dos cruces que el insomnio/ clavó sobre mis ojos, en los surcos oscuros/ que recorren un cuerpo, /con la voz de una nube, / con el tacto del cierzo/ y la memoria muerta de la escarcha”. Martínez Ros es un poeta contagiado; en las yemas de sus dedos hay un pegajoso y lírico bacilo.
Deja un comentario